Latte

Los lattes son una bebida de café clásica y muy conocida en todo el mundo. Aunque la palabra "latte" se traduce literalmente como "leche" en italiano, en realidad un latte se prepara vertiendo leche vaporizada sobre un shot de espresso, con una fina capa de microespuma encima para terminar.

 

Tip - Una buena técnica es agitar suavemente la jarra después de texturizar la leche para que la microespuma se integre antes de verterla.


Reúne los elementos

Máquina de espresso

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Molinillo de café

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Vaso o taza

1 shot de espresso

Leche fría


1. Moler y prensar

Purga el grupo, calienta el portafiltro y luego sécalo. Después, muele aproximadamente 19 g de granos recién tostados. Golpea suavemente el portafiltro para asentar el café y prénsalo en una superficie plana aplicando una presión uniforme. Asegúrate de que el café prensado esté nivelado. Después de prensar, usa la herramienta Razor para asegurarte de tener la dosis correcta: la herramienta controla de forma precisa la altura del café prensado.


2. Extraer el espresso

Inserta el portafiltro firmemente en el grupo. Antes de empezar, coloca la taza. En este video, usamos el filtro doble y dividimos el shot de espresso en dos tazas. Presiona el botón de 2 tazas. Verás un flujo de espresso similar a la miel caliente.


3. Texturizar la leche

Vierte leche fría en la jarra hasta antes de tocar la boquilla. Purga el vaporizador y luego insértalo en la leche a una profundidad de 1.5 cm aproximadamente. Abre la válvula de vapor. Baja la jarra después de unos segundos para introducir aire en la superficie de la leche. La clave es concentrarse primero en la textura y luego en la temperatura. Intenta alcanzar una temperatura de 60 a 65 °C. En el caso de las leches vegetales, intenta no superar los 55 °C, o la leche puede separarse o presentar grumos. Busca una textura aterciopelada y sedosa.


4. Verter

Antes de verter la leche, no olvides purgar el vaporizador para limpiar los restos de leche en el interior y pasarle un paño húmedo. Agita suavemente la jarra y golpéala con cuidado en la encimera para que la leche se integre y no tenga burbujas grandes. Mantén la jarra en alto para empezar, y luego mezcla la leche texturizada con el espresso cremoso. Cuando la taza empiece a llenarse, acerca la jarra para terminar de verter la leche. El latte tiene más microespuma que un flat white, pero menos que un cappuccino; intenta conseguir que queden unos 2.5 cm en la parte superior.